El Blog de Bambú

Rincón de estudio de japonés y otras reflexiones
El día que una Geisha se enfrentó a la reina de Inglaterra

Para esta historia nos tendremos que remontar a la primavera del año 1975. La reina Isabel II de Inglaterra se encontraba de viaje oficial de Estado por Japón con su marido, el duque de Edimburgo. El viaje tendría una duración de 6 días, y en una de sus paradas protocolarias se detendrían en Kyoto, antigua capital del país y cuna de la cultura de las Geisha. Será en la noche del sábado 10 de mayo cuando los reyes y otros dignatarios británicos y japoneses se reúnan en el célebre Restaurante Tsuruya, localizado a los pies del monte Higashiyama, a celebrar un banquete.

Como dicta el protocolo en esta clase de actos y con invitados de esta categoría, nada queda en manos del azar, pues el acto en su totalidad ha sido meticulosamente planificado con antelación. Todos los comensales tienen un asiento asignado y para que la velada de comienzo deben aguardar la llegada de los monarcas, pues son siempre los últimos en entrar a la sala. Si uno desea dirigirles la palabra deben esperar a que sean ellos los que inicien la conversación en primer lugar. Además, la conversación tiene que pasar a través de un intérprete oficial y solamente se podrá tener una conversación exclusiva tête-à-tête en el caso de que el dignatario de mayor rango acceda a ello.

Mineko Iwasaki es una Geisha de Kyoto. Tiene 25 años y trabaja para la okiya Iwasaki a través de la cual se han contratado sus servicios para esta velada. Empezó como Maiko (aprendiz de Geisha) a los 15 años y ascendió a Geisha hace apenas cuatro años. En este corto período de tiempo se ha labrado una reputación como una de las mejores Geisha de la ciudad, por lo que el cumplimiento de las normas y del protocolo le resulta casi tan natural como el respirar.

A Mineko se le asigna el sitio adyacente a Isabel II. Como profesional del entretenimiento, hace varios ademanes de entablar algún tipo de conversación con la reina, pero ante la falta de interés por parte de esta decide guardar silencio y limitarse a mirarla. Observa entonces algo que no le gusta. Y es que la comida, que ha sido minuciosamente pensada y estudiada hasta el último detalle durante meses para ofrecerla en este evento en honor a la reina, sigue intacta en el plato de esta, pues desde que la velada dio comienzo no ha probado bocado. Para Mineko, que es consciente del sacrificio y el trabajo que hay siempre detrás de esta clase de eventos, pues ella misma ha sufrido los efectos del exceso de trabajo en sus propias carnes, este acto le resulta increíblemente insultante y se lo toma como una afronta personal hacia su cultura y su gente.

Pasan las horas y la noche va avanzando cuando, en un momento dado, un intérprete se aproxima a Mineko y le transmite el interés del duque de Edimburgo por hablar con ella. Sin mucha libertad de elección, aunque con curiosidad por hablar con el duque, Mineko se levanta y, tras hacerle una reverencia a la reina, se sienta al lado de su marido. El duque empieza a hacerle toda clase de preguntas sobre su profesión y sus costumbres, a las que Mineko responde con entusiasmo, feliz de poder por fin hacer su trabajo. En cierto momento, Mineko voltea la cabeza y nota cómo la monarca tiene clava su mirada en ellos dos, a lo que Mineko, haciendo acopio de toda la libertad de movimiento permitida en un acto tan ceremonioso como en el que se encontraba, decide aproximarse unos míseros milímetros al príncipe Felipe, creando así un aire de intimidad tal que probablemente pueda pasar inadvertido ante la mayoría de los presentes, pero resulta más que evidente para tan solo una sola persona en toda la sala.

Se dice que esa misma noche después de una acalorada discusión la pareja real tomó una decisión de última hora de dormir en habitaciones separadas, para desesperación del servicio de seguridad que tuvo que mover cielo y tierra para reorganizase ante el imprevisto de esa noche.

Foto de la Geisha Mineko Iwasaki sentada frente a una fuente de bambú

Vida de una Geisha, con Mineko Iwasaki

La historia que acabo de relatar la narra la propia Geisha en su libro autobiográfico «Geisha of Gion», que en español se tradujo por «Vida de una Geisha». Leí este libro hace unos años y cuando llegué al capítulo en el que relataba esa anécdota se me quedó grabada de lo absolutamente surrealista que me pareció en su momento. No solo la anécdota en sí me resultó divertida, pero me sorprendió mucho la manera en la que la propia autora la describía sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento, es más, enorgulleciéndose de su pequeña victoria, quitándole importancia al hecho de que aquel gesto travieso y a su parecer inocente hubiera podido escalar a dimensiones desproporcionadas.

Como dato curioso, me puse a investigar a ver qué encontraba de esta visita Real a Japón y para mi sorpresa no solo me encontré con que, efectivamente en mayo de 1975 la reina Isabel y el duque de Edimburgo visitaron el país del sol naciente, sino que me encontré con fotos tomadas de distintos eventos que se sucedieron durante el viaje. Es más, en el propio libro hay un momento en el que Mineko describe el atuendo que lleva la reina durante la velada, y dice lo siguiente:

“Llevaba un hermoso vestido largo de organdí amarillo claro con un estampado de flores que parecían rosas, la flor nacional de Inglaterra.”

Pues bien, si no me equivoco en esta foto se puede apreciar a una joven reina Isabel sentada en un restaurante japonés, rodeada de los que parecen ser dignatarios japoneses, y llevando un vestido de flores. Asumo que la mujer que está detrás es su intérprete, pues los intérpretes acostumbran a sentarse detrás de las personas para las que están interpretando. Deduzco entonces que, si efectivamente este es el famoso Restaurante Tsuruya en el que se desarrollan los hechos, nuestra querida Mineko tiene que estar en estos momentos sentada al lado del duque de Edimburgo, es decir, a escasos metros de la reina y justo delante de ella. Hay una mujer a cada lado del duque. ¿Se tratará de una de ellas?

Curiosamente, si habéis abierto el enlace para ver la foto, os daréis cuenta que en el mismo instante en el que se toma la foto la reina está sosteniendo sus palillos y parece que está cogiendo comida de su plato. ¿Querrá esto decir que nuestra querida Mineko nos ha mentido descaradamente? A juzgar por la exactitud con la que ha descrito la escena en su libro (menciona también la existencia de «ostentosos ramos de peonias en la mesa»), puede que simplemente haya exagerado los acontecimientos y la reina sí haya probado algo de la comida, o puede que simplemente haya subido los palillos para la foto. Quedará la duda siempre.

¿Qué opináis de esta anécdota? ¿La conocíais? ¿Habíais leído el libro?

Me apetecía mucho escribir una entrada dedicada exclusivamente a este pequeño intercambio que se relata en el libro de Geisha of Gion, me gusta mucho enterarme de estas pequeñas curiosidades y a medida que vaya encontrando situaciones semejantes iré haciendo esta clase de entradas.

Decidme si os gustan esta clase de entradas, me interesa mucho saber vuestra opinión.

Si os interesa, encontré más fotos del viaje estatal de los monarcas ingleses al país nipón:

¡Nos vemos en la próxima entrada! またね

Brandi


 

Fuentes:

Fox Photos Ltd – Queen Elizabeth II and Prince Philip attend a banquet during a State visit to Japan, May 1975. Getty Images

Fox Photos Ltd – State Visit to Japan. [Queen Elizabeth II drinks Saki during dinner at a Japanese restaurant in Kyoto, Japan. Royal Visit to Japan: 1975]. Royal Collection Trust. (n.d.)

Iwasaki, M., & Brown, R. (2003). Geisha of Gion. Pocket Books.

Monty Fresco, Daily Mail, & Shutterstock (Eds.). (n.d.). Tour Of Japan. Kyoto Japan May 10 1975 – Sitting Japanese-style On A Tatami Mat Floor Queen Elizabeth II Uses Chopsticks As She Dines At A Japanese Restaurant In Kyoto Saturday Night. Shutterstock Editorial

Prominent VIP Guests from Around the World. Kyoto Tsuruya. (n.d.)

Queen Elizabeth and Prince Philipp sit under umbrellas in grounds of Shinto Temple in Kyoto at tea ceremony during Royal Tour of Japan in 1975. Getty Images

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