Reflexión | El estudio de Kanji

Hace unos meses en mi feed de Twitter me salió la siguiente interacción:
Para quien no los conozca, estos son MattvsJapan y Akidearest, dos figuras públicas que actualmente viven en Japón. Matt tiene un nivel muy alto de japonés y se puede desenvolver sin problemas, mientras que Aki lleva unos dos años en Japón y se mudó al país sin hablar una palabra.
De estas dos figuras públicas personalmente solo consumo el contenido de Aki (más centrado en su vida, manga, anime, etc) pero en esta entrada voy a ponerme del lado de Matt.
¿Os acordáis de la primera vez que os pusisteis a estudiar kanji? ¿Recordáis lo que sentíais en ese momento? Puede que para algunos de vosotros ese momento se encuentre muchos años en el pasado, mientras que otros estaréis pasando ahora mismo por ese momento.
Yo recuerdo estar muy perdida. Creo que nunca llegué a odiarlos, ya que aunque me costara horrores estudiarlos, sí que era capaz de apreciar lo bonito que me estaba resultando el idioma y lo distinto que era de todo lo que había estudiado hasta el momento.
Recuerdo que en la academia insistían con usar una manera en concreto de estudiarlos, y que por mucho que lo intentara, no era capaz de aprendérmelos. Fue realmente frustrante y una de las principales razones por las que me acabé desapuntando de la academia. Veía que mis compañeros sí que eran capaces de seguir adelante con el temario mientras que yo me había encontrado con este muro que era incapaz de atravesar. Cuando me encontré a mí misma poniendo excusas para no ir a clase de japonés es cuando me di cuenta que algo iba realmente mal, por lo que tomé la decisión de darme un tiempo con el idioma.
Estoy completamente de acuerdo con lo que dice Matt aquí. «Si odias los kanji, estás estudiando japonés mal». No se trata de que te cuesten más o menos. Si los odias, es que estás forzándote a memorizarlos de tal manera que no estás siendo capaz de interiorizar nada de lo que estás aprendiendo. Esto implica que te está resultado imposible la tarea de ponerlos en práctica, transformando la energía empleada en frustración y tiempo perdido. Si los odias es que no has encontrado el método que te funcione.
El famoso método que se empeñan las academias en enseñar que implica memorizar el Kunyomi y el Onyomi me parece que no sirve para nada. A mí desde luego no me sirvió en su momento. Puede que una vez que tengas un control semi decente de estos caracteres te sirva más, ¿pero un principiante? Lo único que vas a conseguir con ese método es darte cabezazos contra la pared.
Internet está lleno de gente compartiendo los métodos que mejor les han funcionado. Yo personalmente también he encontrado el mío. Creo que al final y al cabo todos compartimos la esencia, aunque luego acabemos personalizando la forma de estudio a nuestro gusto.
Os voy a dejar a continuación un par de entradas que escribí el año pasado en las que comparto consejos que considero importantes para empezar a estudiar kanji, y luego la forma en la que los estudio yo paso a paso.
Los kanji son complicados, pero no son física cuántica. La tasa de alfabetización de Japón es del 99%. Si ellos pueden, nosotros también.
¡Hasta aquí la entrada de hoy! Si estáis estudiando kanji y os encontráis frustrados ¡Ánimo! Ya veréis que a base de prueba y error encontraréis el método que mejor os convenga. Quien sabe, a lo mejor mi método os inspira y todo. Espero que Aki haya descubierto un método que le inspire a ella también, y que sea capaz de apreciar los kanji como hacemos el resto.
¡Un saludo y nos vemos en la siguiente entrada!
Photo by Marco Zuppone